lunes, 7 de febrero de 2011

Entremés saborizado a salsa

La culpa de todo la tiene Genesis y sus canciones gomas en un lunes de lluvia. Culpo a Phil Collins. Así que el libro de quejas se lo presentan a él.
Porque no se le puede pedir a una chica, que además de ser fémina anda con el bichito del amor, que no se ponga así como boba cuando escucha Genesis. Sobre todo, si la razón de la bobería y la paparruchada no deja de darle motivos a la muchacha para que se ponga idiota. Cosas que pasan, vio?
Ahora, no se crean que es todo rosas, porque cuando ando con el corazón contento, estará todo bien con la prosa, pero el verso se me complica. Así que la muchacha anda con bloqueo de escritor con causa en un personaje bastante surrealista que le secuestró el cerebro. O al menos la parte que sabía de métricas, rimas y figuras retóricas.
A cambio de los versos: la locura que me envuelve y es como la fiebre que hace delirar.

You give me fever



(yo advertí que la cosa venía como pegajosa... allá usted, estimado lector, por haber prolongado la lectura)