jueves, 16 de diciembre de 2010

Capítulo Tres: Eso de la Felicidad



Hace un par de días tuve el recuerdo, y no pregunten porqué, de que en una ocasión una persona se quejó de que yo era demasiado feliz. Ahora, habiendo dejado en claro que la persona antes mencionada evidentemente tiene severos problemas, quisiera aclarar el temita este de la felicidad en mi vida.
Mi felicidad es tan simple como un papel y un lápiz, porque puedo escribir y dibujar. Mi felicidad es tan colorida como un paquete (o quizás muchos) lleno de skittles. Mi felicidad hace el mismo ruido que Zeppelin, Pearl Jam y Metallica juntos, pero al mismo tiempo con una melodía de The Cure. Mi felicidad sabe a chocolate y a un ultimate de Friday's (el que más te guste). Mi feliciad huele sin lugar a dudas a navidad y los azares de mi limonero.
Como puede apreciarse, no es demasiado complejo que yo feliz, hasta el punto de que parezca demasiado. Y si encima le sumamos una dosis de amor, tenemos en nuestras manos una explosión de alegría y satisfacción con la vida.
El problema no es que yo sea demasiado feliz, sino que el resto del mundo se enmarañe tanto entre idas y vueltas y se pierda el camino a la felicidad. La vida es felicidad: Con vos, sin vos, con verde o azul. Con música, siempre. Felicidad es cuando te das cuenta de que son las 2 de la mañana y estás bailando en sola en la calle mientras volvés a tu casa y te reís de vos misma. Felicidad es saber que hay un cuaderno donde podés escribirte el alma. Felicidad es soñarte entresemana.
y por si todavía estimadísimo lector no le ha quedado en claro: soy feliz y no tengo ningún reparo en demostralo! =)
(porque decía cerrarse con una carita.... FELIZ!)

sábado, 4 de diciembre de 2010

Capítulo 2: Matrimonio (parte I)


Si hay algo que aprendí en estos 3 años que llevo tratando de convertirme en arquitecta, es que la forma geométrica más indeformable es el triángulo, que con un triángulo se puede materializar cualquier cosa. Y nosotras que somos tres, tripartito. El trípode que sostiene la cámara con la que veo el mundo.
Pasaron de los días de uniforme a los días de tacos. Mi vida misma que se parte en tres. Las diferencias, que nos hacen hermosamente compatibles. Yendo siempre de acá para allá, pero sin dejar de ir, porque el camino es nuestro. Hoy y mañana.
Porque no hay nada de eso del tiempo, que nos hace más que traerlas cada vez un poquito más cerca. El mundo nos rodea, pero nada de intromisiones eh! Con mi matrimonio hay quien pueda. Y eso es decir amor.
Saber que son luz, de sol o de luna, pero que el brillo que ilumina está ahí, para que yo pueda proyectarle al mundo mis colors. Sin luz, no hay colores; sin matrimonio sagrado no hay autobiografía posible; sin mis amores, no hay Andrea.